¿Cansado de regar cada día? El cubo Chapin lo hace por ti

11 min read
0
Un hombre sentado junto a un cubo Chapin

En los años 1980, un ingeniero estadounidense llamado Richard Chapin quiso ayudar a comunidades con pocos recursos a regar sus huertos en zonas áridas. Su hoja de ruta era lograrlo sin bomba y sin material de alta tecnología. Así que tomó un cubo de plástico, le hizo un agujero y utilizó solo la gravedad para crear un nuevo sistema de riego. Y funcionó de maravilla. Una prueba perfecta de que el ingenio suele estar en la sencillez.

Hoy, el cubo Chapin se usa en África, América del Sur, el Sudeste Asiático y, cada vez más, en huertos de permacultura de todo el mundo. Porque es barato, muy fiable y muy sencillo.

En permacultura no buscamos cansarnos sin motivo

Dejar que la naturaleza haga la mayor parte del trabajo encaja al cien por cien con el espíritu de la permacultura. En esa lógica, el cubo Chapin lo cumple todo porque funciona en silencio, de forma autónoma y sin energía. Solo la gravedad hace el trabajo mientras echas la siesta o devoras un buen libro.

Cómo funciona esta técnica cien por cien low tech

Sin entrar en tecnicismos aburridos, vamos a lo esencial. El cubo Chapin es un sistema de riego por goteo que se basa únicamente en la fuerza de la gravedad. Nada de paneles solares. Nada de gasolina. Solo un cubo ligeramente elevado, una manguera perforada y agua que va directa a las raíces. ¿El resultado? Nada de derroche. Nada de quebraderos de cabeza. Low tech en su mejor versión.

Dos cubos Chapin en un campo

Por qué el low tech es el futuro, sobre todo en el huerto

No necesitas una app domótica ni una válvula conectada para regar tus zanahorias. Con low tech ahorras mucho porque no sube la factura del agua y no hay componentes electrónicos que cambiar. Además, es robusto porque no hay piezas que se desgasten y por tanto no hay riesgo de averías. Y funciona en cualquier parte del mundo, ya sea en tu jardín o montando un huerto humanitario en una zona árida. Un cubo Chapin aprovecha cada gota de forma óptima, directamente en la zona de raíces, sin escorrentía ni evaporación. En regiones donde el agua escasea, un riego tan eficiente puede marcar la diferencia entre una cosecha perdida y un huerto que alimenta a toda una familia.

La magia del cubo Chapin: la gravedad

Volvamos a lo básico. La gravedad es esa fuerza invisible que hace caer todo lo que está en alto si nada lo sostiene. Los líquidos fluyen de forma natural hacia abajo, una manzana se desprende de la rama o tu móvil cae si se te escapa de las manos. La leyenda cuenta que Newton comprendió todo esto después de que una manzana le golpeara la cabeza. Sea verdad o no, esa manzana cambió el mundo porque permitió entender que todo lo que tiene masa atrae al resto.

Siglos más tarde, Einstein complicó aún más el asunto al explicar que la gravedad no es realmente una fuerza sino una deformación del espacio tiempo. No vamos a desarrollar toda esa física aquí. Quédate con lo importante: cuanto más alto coloques el cubo, más empuja el agua hacia abajo.

Ese es exactamente el principio que usa el cubo Chapin. Si sitúas el cubo a 1,5 metros de altura, obtienes aproximadamente 0,15 bar de presión. Suficiente para que el agua fluya suavemente por goteros pequeños, sin pulverizar y sin exceso de presión. Al final solo hay un flujo lento y constante que cumple su función a la perfección. Sí, es low tech, y también un guiño a Newton y Einstein que además puede servir para enseñar física a niñas y niños de forma amena.

Construir un sistema Chapin para regar 40 plantas

¿Quieres regar tu jardín sin agotarte? Si la respuesta es sí, aquí tienes un ejemplo concreto con un sistema de riego por gravedad capaz de llevar agua a hasta 40 plantas con un simple cubo de 20 litros, unos metros de manguera y un poco de altura. Y nada te impide pensar en grande. Con un depósito mayor puedes crear un sistema Chapin que cubra varios cientos de metros cuadrados siguiendo exactamente la misma lógica.

Diagrama de cubo Chapin

La configuración consta de dos líneas de riego de 5 metros separadas 2 metros entre sí. A lo largo de cada línea principal se coloca un punto de goteo cada 50 centímetros y cada planta se sitúa a 20 a 25 centímetros de la línea principal. Este desplazamiento permite una planta a cada lado de la manguera. En total son 40 goteros: 20 por línea colocados en doble fila.

Material necesario

  • Un cubo de 20 litros colocado a una altura mínima de 1,5 metros
  • Unos 45 metros de manguera flexible (diámetro 6 mm u 8 mm), repartidos así:
    • aprox. 3,5 metros entre el cubo y las líneas de riego (altura y separación)
    • 10 metros para las dos líneas principales (2 × 5 m)
    • 40 tubitos de 20 a 25 cm para cada gotero, unos 10 a 12 m en total
    • → Prevé un poco de margen para curvas, solapes y ajustes
  • 40 goteros de baja presión
  • 38 cruces para alimentar dos goteros en cada punto
  • 2 tes para cerrar cada línea

Herramientas y consumibles

  • Taladro con fresa cónica para perforar el cubo con un corte limpio
  • Masilla de sellado o silicona para evitar fugas en la base
  • Cúter o cuchillo robusto
  • Herramienta oficial para perforar e insertar los goteros, imprescindible para un buen sellado
  • Escalera resistente o estructura estable para elevar el cubo con seguridad
  • Opcional: un filtro en la base del cubo si usas agua de lluvia o agua no filtrada

Pasos de montaje

  • Perfora un orificio cerca del fondo del cubo e instala un paso de pared o un grifo que sea estanco. Verifica que no haya fugas.
  • Conecta el cubo con la manguera hasta el huerto y divídela en dos líneas principales de 5 metros separadas 2 metros.
  • Cada 50 cm inserta una cruz en la línea principal.
  • Desde cada cruz instala dos derivaciones de 20 a 25 cm, una a cada lado, con un gotero orientado a la base de la planta.
  • Cierra cada línea con una te y un gotero a cada lado.
  • Coloca el cubo sobre un soporte de al menos 1,5 metros y, si puedes, más alto.
  • Después solo tienes que llenar el cubo y hacer la prueba.

Los consejos de pro para no fallar

Seamos honestos. Lo que acabas de leer ya está a años luz de los apaños inestables que circulan en YouTube o en artículos hechos a destajo por gente que nunca ha cultivado otra cosa que moho en un bocadillo viejo. Podrías parar aquí y copiar un esquema que funcionará a medias durante unos días. Pero si quieres un sistema fiable, sólido y que funcione de primavera a otoño sin fugas ni atascos, lee con atención lo que sigue. Son consejos basados en experiencia real de campo. Y eso es exactamente lo que marca la diferencia entre un apaño fallido y un sistema operativo de verdad.

Contenido Oculto

Una parte muy importante de esta guía práctica no es visible. Solo los miembros pueden acceder al contenido completo. El registro es 100% gratuito y solo toma unos segundos. Hazte miembro y disfruta de todos los servicios del sitio. Si ya estás registrado pero aún ves este mensaje, asegúrate de estar conectado para desbloquear el acceso completo.

Con nuestros consejos de pro, tu sistema Chapin sí va a funcionar

Listo. Si has leído esta ficha completa, no solo sabes qué es un cubo Chapin. Ahora sabes cómo construir uno que de verdad te será útil. Solo te quedará disfrutar de un sistema de riego cien por cien funcional que hará prosperar tu huerto mientras te relajas.

Si esta ficha te ha sido útil, gracias por invitarme a un café en Buy Me a Coffee para recargar pilas antes del próximo tutorial. Muchas gracias también por compartir este contenido en tus redes y feliz riego. Si quieres que conversemos sobre esta técnica, usa los comentarios aquí abajo o pasa por el foro.

Deja una respuesta