Prensa de Aceite Vegetal: Produce tu Aceite Alimentario y Cosmético Bio

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Aceite vegetal vertido de una botella de vidrio

Hace algunos años, compré una pequeña prensa de aceite eléctrica de fabricación alemana. No te voy a mentir, fue un esfuerzo económico importante para mis medios bastante limitados, pero qué maravilla! Ya sea en Francia o cuando vivía en África, esta máquina me permitió producir aceite bio de excelente calidad y descubrir sabores que jamás habría imaginado.

Se acabaron los aceites industriales insípidos y estandarizados. Con la autoproducción, tienes el verdadero sabor y todos los nutrientes. Y lo mejor de todo es que esta tecnología sencilla y accesible realmente puede permitir crear actividad profesional con sentido, especialmente en países donde los recursos locales están infraexplotados.

En África, tuve la oportunidad de formar a muchas personas en el uso de las pequeñas prensas. El objetivo era valorizar un potencial enorme que se escondía en la naturaleza. Porque semillas y frutos secos hay por todas partes! Pero nadie pensaba en transformarlos. Así que los aldeanos compraban a precio de oro aceites industriales importados cuando tenían todo a mano para producir aceites alimentarios y cosméticos de primera calidad.

He trabajado especialmente mucho con el aceite de moringa, también llamado aceite de nebaday. El rendimiento es bastante bajo pero sus propiedades cosméticas son excepcionales. El problema es que no es fácil de producir de forma artesanal. Así que tuve que desarrollar un protocolo específico para optimizar la extracción. Este tipo de desafío con el aceite vegetal es exactamente lo que hace apasionante este campo. Porque casi en cualquier lugar del mundo, investigando y experimentando, se pueden encontrar soluciones para valorizar enormemente recursos naturales locales a menudo olvidados.

Por una vez, vamos a empezar con un spoiler 🙂 A estas alturas quizás te preguntes si vale la pena invertir en una pequeña prensa de aceite? Y mi respuesta es sin ninguna ambigüedad: Sí, absolutamente! Porque ya sea para uso personal o para lanzarte con una pequeña actividad artesanal, una prensa de aceite de calidad es una herramienta formidable. Por eso voy a compartir contigo en esta ficha técnica todo lo que he aprendido sobre el terreno, los trucos de profesional, los errores a evitar y sobre todo cómo sacar el máximo partido a tu prensa de aceite de tornillo sin fin.

El aceite vegetal es un verdadero tesoro nutricional y cosmético

Los aceites vegetales son mucho más que una simple grasa para cocinar. Son un concentrado de vida, energía y beneficios para tu organismo. En la alimentación, desempeñan un papel absolutamente esencial. Para empezar, constituyen tu principal fuente de ácidos grasos esenciales, los famosos omega 3, 6 y 9 que tu cuerpo no puede fabricar por sí mismo y que son indispensables para el buen funcionamiento de tu sistema cardiovascular, tu cerebro y tus células.

Un buen aceite vegetal virgen prensado en frío también es una mina de vitaminas liposolubles como la vitamina E, un potente antioxidante que protege tus células del envejecimiento prematuro. Y para terminar, es una fuente de fitoesteroles que ayudan a regular tu colesterol y de polifenoles con propiedades antiinflamatorias. En resumen, cuando consumes un aceite de calidad, no solo estás poniendo grasa en tu plato, sobre todo estás aportando a tu cuerpo nutrientes muy valiosos.

El problema es que tendemos a subestimar la importancia de variar los aceites. Porque cada aceite tiene su propio perfil nutricional. Por ejemplo, el aceite de colza es excelente por sus omega 3, mientras que el aceite de girasol aporta más omega 6. El aceite de nuez combina ambos de forma equilibrada. Variando tus aceites, e incluso mezclándolos, optimizas tus aportes y te cuidas sin ni siquiera pensarlo.

Pero los aceites vegetales no son solo para el interior! En cosmética, hacen auténticos pequeños milagros porque su estructura molecular les permite penetrar fácilmente en la epidermis y nutrir tu piel en profundidad. También refuerzan la película hidrolipídica, que es una barrera protectora natural que impide que tu piel se deshidrate y la protege de las agresiones externas.

Cada aceite tiene sus especificidades cosméticas. El aceite de almendras dulces es perfecto para pieles sensibles y la de los bebés. El aceite de argán es conocido por sus excepcionales propiedades antiedad. El aceite de jojoba regula el sebo de las pieles grasas. Y el aceite de moringa, con el que he trabajado mucho, posee propiedades regenerantes y purificantes notables que lo convierten en un imprescindible de los cuidados cosméticos de alta gama.

A diferencia de las cremas industriales repletas de aditivos y conservantes dudosos, los aceites vegetales puros son simples, eficaces y totalmente naturales. Nada de siliconas que obstruyen los poros, nada de disruptores endocrinos como el parabeno y nada de perfumes sintéticos irritantes. Entonces, francamente, por qué gastar fortunas en cosméticos con promesas de marketing dudosas cuando los aceites vegetales ofrecen resultados visibles y duraderos?

En resumen, ya sea para tu salud o para tu piel, los aceites vegetales son tesoros insospechados de beneficios. Pero todavía tienen que ser de calidad! Es lo que vamos a ver en la siguiente sección.

Por qué usar aceite bio no es negociable?

Tenía un amigo que tenía una fórmula genial. En vida, repetía sin parar: «No es en lo bio donde deberían escribir ‘bio’, es en lo demás donde deberían escribir ‘mierda’.» Y francamente, cuando ves lo que la industria agroalimentaria le hace a los aceites convencionales, te das cuenta de que no estaba nada equivocado.

Bueno, agárrate bien porque te voy a contar cómo se fabrica la mayoría de los aceites que encuentras en el supermercado. Para empezar, se prensan las semillas a muy alta temperatura (hablamos de hasta 200°C). A estas temperaturas, las vitaminas se destruyen, los ácidos grasos esenciales se degradan y los antioxidantes naturales se evaporan. Pero a la industria agroalimentaria le da completamente igual porque lo único que le importa es el rendimiento para conseguir el máximo beneficio.

Pero espera, que no he terminado! Porque con un simple prensado mecánico, incluso en caliente, todavía dejas un 5 a 6% de aceite en la torta. Y este tipo de pérdida, para los industriales es inaceptable. Entonces sabes lo que hacen? Meten la torta en un baño de hexano. El hexano es un disolvente químico procedente de la industria petrolera que está clasificado como neurotóxico. Esta porquería ataca el sistema nervioso y provoca trastornos neurológicos en los trabajadores que lo manipulan. Además, es extremadamente inflamable.

Así que, con el hexano, los industriales consiguen extraer del 95 al 97% del aceite contenido en las semillas o frutos secos para alcanzar la máxima rentabilidad. Después, evaporan el disolvente… En fin, lo intentan! Porque en realidad, siempre quedan trazas en el aceite. Y sobre todo, quedan concentraciones mucho más importantes en las tortas que van a parar a la alimentación animal. El resultado de esta operación es que los residuos tóxicos acaban en la leche, la carne y todos los productos de origen animal que consumes.

Pero no he terminado! Porque después de la extracción, el aceite bruto obtenido huele mal, tiene un color raro y un sabor pronunciado. Lo cual no es vendedor para el consumidor acostumbrado a los aceites neutros. Entonces se pasa al refinado, con el siguiente menú: Neutralización con sosa, decoloración con tierras decolorantes y desodorización a alta temperatura. Y al final de esta masacre industrial, obtienes un aceite estandarizado, calibrado, sin olor, sin sabor y sin color. Sin nada en realidad. Solo un aceite muerto que ya no se parece a nada y que ha perdido todo interés nutritivo.

Ahora, hablemos del bio 🙂 Con el verdadero bio, toda esta mierda química está prohibida. Nada de extracción con hexano, nada de refinado agresivo, nada de pesticidas en los cultivos y nada de altas temperaturas. Solo un prensado mecánico en frío que respeta la semilla y preserva todos sus nutrientes. Y al final obtienes un aceite vivo, con su sabor, su color natural, sus vitaminas intactas y sus ácidos grasos esenciales preservados.

Ya lo sé, lamentablemente lo bio cuesta más caro. También sé que para personas con ingresos bajos, no siempre es fácil hacer este esfuerzo. Pero escucha bien: Si hay algo en tu alimentación que debes comprar bio como prioridad, es el aceite. Porque los pesticidas y los productos químicos son liposolubles. Lo que significa que se concentran en las grasas. Así que cuando compras aceite convencional, estás comprando un concentrado de todos los venenos que había en la planta. En cambio, una zanahoria no bio, al menos puedes pelarla. Pero el aceite, no puedes pelarlo. Ese es el problema!

Y además, francamente, si calculas bien, con una prensa de aceite el retorno de la inversión es ultrarrápido. Porque cuando ves que el precio de un litro de aceite bio de calidad cuesta fácilmente entre 15 y 20 euros para ciertos aceites mientras que puedes producirlo tú mismo por una fracción del coste, la ecuación se resuelve enseguida.

En cuanto a los cosméticos, es la misma historia. No es porque no se coma que no haya que estar atento. Te pones estos productos regularmente en la cara o en el cuerpo y tu piel absorbe lo que le aplicas. Y si está lleno de productos nocivos, vas a tener problemas de salud a medio o largo plazo. Entonces por qué gastar fortunas en promesas de charlatanes vendidas por los fabricantes de cosméticos cuando los aceites vegetales bio son tesoros insospechados de beneficios, eficaces y sin peligro? Lo bio, por tanto, no es un lujo, es simplemente sentido común.

Qué aceite se puede producir con una pequeña prensa?

Cuando se habla de prensa de aceite doméstica, la mayoría de la gente piensa enseguida en el girasol y la colza. Y es verdad que son las dos estrellas de la producción de aceite. Y con razón, crecen bien en latitudes templadas y sus rendimientos son excelentes. Pero francamente, limitar tu prensa a estas dos sería perderse un universo de posibilidades!

Porque una prensa de aceite de tornillo sin fin es una herramienta increíblemente versátil. Puedes pasar prácticamente todos los tipos de frutos secos y semillas oleaginosas. Por ejemplo: semillas de girasol, pistachos, piñones, cacahuetes (maní), avellanas, almendras, semillas de sésamo, colza, lino, cáñamo, cártamo, mostaza… La lista es larga. Muy larga incluso! En resumen, si una semilla o un fruto seco contiene más del 20% de aceite, tu prensa podrá extraerlo.

Ahora, hablemos en detalle del rendimiento porque es un aspecto crucial. Hay que saber que no todas las semillas o frutos secos son iguales. Algunas son generosas en aceite, otras mucho menos. Por ejemplo, la colza es una campeona con aproximadamente un 37 a 40% de aceite. Más concretamente, esto significa que con 1,75 kg de semillas de colza obtienes aproximadamente 1 litro de aceite. Por su lado, el girasol es ligeramente menos generoso con su 34 a 39% de aceite. Por tanto, hay que contar aproximadamente 2,5 kg de semillas para 1 litro de aceite.

El sésamo es potente: Hasta un 50% de aceite! Lo mismo para el ricino. El cacahuete ronda el 42%, el lino también. Las nueces tienen un rendimiento variable pero generalmente bueno. Sin embargo, algunas semillas son mucho menos ricas. Las semillas de algodón, por ejemplo, solo dan aproximadamente un 13% de aceite. Con la soja es aún peor, con solo un 14%. Pero esto no significa que no se puedan prensar. Pero hay que ser consciente de que vas a usar mucha materia prima para poco aceite.

Ahora, hablemos de un caso que merece una advertencia y que ilustra los perjuicios de la industria textil. Se trata del aceite de algodón. Ciertamente, las semillas de algodón son ricas en proteínas, omega 6 y vitamina E. Compuesto en un 55% por ácidos grasos poliinsaturados, este aceite está lleno de antioxidantes. Así que sobre el papel, es genial. Pero aquí está el problema: He oído decir muchas veces que el aceite de algodón era veneno. Al principio, me sorprendió. Luego entendí por qué.

Verás, los industriales no dudan en meter porquerías químicas en nuestra alimentación. Así que imagínate un poco para lo que no se come, como el algodón destinado a la producción textil! Lo has entendido, es barra libre para todas las porquerías químicas! Así que el algodón destinado a la industria textil está literalmente plagado de pesticidas, insecticidas y fungicidas. Sin olvidar los fertilizantes tóxicos y sin contar que a menudo es transgénico para permitirle recibir aún más productos químicos sin reventar. Por lo tanto, si usas estas semillas para producir aceite, obtienes simplemente veneno concentrado. Por otro lado, si coges semillas de algodón bio obtienes un aceite de calidad superior, rico en vitamina E y ácidos grasos esenciales, excelente tanto para alimentación como para cosmética. Lo cual ilustra una vez más todo el interés de lo bio.

Al final, cada aceite tiene su personalidad, sus cualidades nutricionales y su sabor único. Con una pequeña prensa, te conviertes en un verdadero artesano-aceitero. Puedes crear tus propias mezclas exclusivas, adaptar tus aceites a tus necesidades (por ejemplo más omega 3 en invierno para potenciar tu sistema inmunológico), o simplemente darte el gusto de descubrir sabores que nunca encontrarás en el comercio.

Cómo funciona una prensa de aceite de tornillo sin fin?

El principio de una prensa de aceite de tornillo sin fin es de una sencillez genial. Es un sistema puramente mecánico que utiliza la presión progresiva para separar el aceite de la materia sólida. Déjame explicarte cómo funciona concretamente.

Prensa de aceite de acero inoxidable

El corazón del sistema es la cámara de prensado. En su interior, tienes un tornillo sin fin que gira dentro de un cilindro perforado que también se llama jaula de compresión. Este tornillo tiene una forma particular: es cónico. Es decir, su diámetro aumenta progresivamente mientras que el espacio entre el tornillo y el cilindro disminuye gradualmente. Es esta geometría ingeniosa la que crea una presión cada vez mayor sobre las semillas.

Esto es lo que sucede: Las semillas entran por arriba en un depósito (la tolva) que alimenta la prensa por gravedad. Las semillas caen en la cámara de prensado donde el tornillo sin fin las empuja hacia adelante. A medida que avanzan, el espacio se reduce, la presión aumenta y el aceite empieza a salir de las semillas. Este aceite fluye a través de las ranuras del cilindro perforado y se recoge en una bandeja de recolección. Por el otro lado, lo que queda de las semillas (la torta) sale en forma de galletas o trozos compactos.

Para facilitar la extracción, la cabeza de prensa (la parte que contiene el cilindro y el tornillo sin fin) se calienta a una temperatura razonable. Generalmente hablamos de 40 a 60°C como máximo, a veces ligeramente más según las semillas, pero se mantiene muy por debajo de las temperaturas industriales. Es lo que se llama el método de presión en frío porque este ligero calor solo ayuda a fluidificar el aceite y a mejorar el rendimiento sin degradar los nutrientes. Es un equilibrio perfecto entre eficacia y preservación de la calidad.

La mayoría de las prensas domésticas modernas tienen un sistema de regulación automática de la temperatura. Ajustas la temperatura deseada en la pantalla de control y la máquina mantiene esta temperatura durante todo el proceso. Es muy práctico porque cada tipo de semilla tiene su temperatura óptima de prensado.

Algunas prensas también tienen una velocidad de rotación regulable. Lo que te permite adaptar la velocidad de prensado en función de la dureza de las semillas. Las semillas duras como las avellanas o las almendras necesitan una velocidad más lenta y una presión más fuerte, mientras que semillas más blandas como el sésamo o el lino pueden prensarse más rápidamente.

Ahora, hablemos de lo que sale de la prensa. Por un lado, recuperas el aceite. Sale generalmente bastante cargado de partículas finas, por eso muchas prensas profesionales de alta gama integran un sistema de filtración, a menudo en forma de filtro de vacío que aspira el aceite a través de una tela de filtración. Lo que permite obtener un aceite puro, límpido y listo para usar. Pero las pequeñas prensas son más básicas y no tienen este sistema. Así que tendrás que filtrar el aceite tú mismo con un paño fino o un filtro de café después de haberlo dejado decantar bien.

Por el otro lado, tienes la torta. Es la parte sólida que queda después de la extracción del aceite. La torta está lejos de ser un residuo! Es una materia noble extremadamente rica en proteínas (por ejemplo del 30 al 35% para la torta de girasol), fibra y minerales. Tiene muchos usos muy prácticos que veremos más adelante.

Con una pequeña prensa doméstica de coste muy asequible y oleaginosas de buen rendimiento como la colza o el girasol, puedes producir fácilmente 1 litro de aceite en menos de 15 minutos. Hablamos de una capacidad de aproximadamente 8 a 14 kg de semillas por hora para los modelos pequeños. Lo que te da unos 2 a 4 litros de aceite por hora según la semilla utilizada.

Esto puede ser adecuado para una pequeña producción artesanal de aceite alimentario bio que puede revenderse. Imagina que eres agricultor bio y tienes colza. En lugar de venderla a granel por una miseria, puedes transformarla en aceite y venderla en circuitos cortos. La ganancia en valor añadido es enorme. Aparte de esto todo es posible, tienes muchos avellanos en tu terreno? Una pequeña actividad de producción de aceite es ciertamente factible. Y es aún más adecuado para una producción artesanal de aceite cosmético bio porque el aceite cosmético se vende en pequeños frascos. Y con 2 litros por hora, puedes llenar un montón durante una jornada de producción! Cabe señalar también que existe la posibilidad de comprar una prensa grande en el marco de una agrupación de pequeños productores.

De hecho, el uso de una prensa de aceite de tornillo sin fin es súper sencillo. Dejas calentar tu máquina unos minutitos. Generalmente de 5 a 10 minutos para que la cabeza de prensa alcance la temperatura deseada. Mientras tanto, preparas tus semillas. Una vez que la temperatura es buena (un indicador luminoso te lo señala), empiezas a alimentar la tolva. Y ahí, es mágico! Ves el aceite fluir por un lado y la torta salir por el otro.

Todo lo que tienes que hacer es vigilar que la tolva siga alimentada de semillas y que las bandejas de recogida no se desborden. Es realmente un proceso muy fluido y casi automático en los modelos eléctricos modernos. Una vez que has terminado, limpias la máquina. Y aquí también, es sencillo. Desmontas la cabeza de prensa que limpias con agua caliente y jabón. Lo mismo para el cuerpo de la prensa. Es rápido.

En cuanto al consumo eléctrico, es bastante razonable. Para una pequeña prensa, estamos alrededor de 500 vatios de potencia pico. Por lo tanto, es posible hacer funcionar este tipo de aparato con energía renovable como la solar fotovoltaica. Es incluso deseable para mantener el espíritu bio.

Así que no hay nada complicado en el uso de una prensa de aceite. Por lo tanto, tienes asegurado el éxito desde el primer intento. Luego, mejoras con el tiempo aprendiendo a reconocer la buena consistencia de la torta que sale (ni demasiado seca ni demasiado aceitosa), el color del aceite, el flujo óptimo… Y después de unas sesiones, se convierte en un auténtico juego de niños.

Los consejos de profesional para ir mucho más lejos

Ahora que hemos visto lo básico, voy a compartir contigo los trucos que marcan la diferencia. Estos trucos los he aprendido sobre el terreno, a veces a costa mía, y te van a hacer ganar muchísimo tiempo y mejorar considerablemente la calidad de tu aceite.

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Consejos de compra para encontrar una buena prensa de aceite

Bueno, llegamos a un momento crucial: Cómo elegir tu prensa de aceite sin que te timen? Porque francamente, el mercado está saturado de modelos con precios que van del simple al quíntuple. Así que es fácil equivocarse si no sabes qué mirar. Voy a compartir contigo mi experiencia para ayudarte a tomar la decisión correcta.

Mi error inicial: La prensa de aceite manual

Al principio, empecé con una prensa manual de una marca muy conocida. Ya sabes, ese tipo de prensa con una gran manivela que giras a mano con un pequeño quemador de alcohol debajo para calentar la cabeza de prensa. Sobre el papel, parecía simpático: Sin necesidad de electricidad, sistema sencillo y robusto. En fin, olía bien a low-tech.

Pero en la realidad era simplemente lamentable. Para empezar, girar una manivela durante 1 a 2 horas para prensar unos kilos de semillas es agotador enseguida. Así que para hacer la cosa menos tediosa, había montado un motor eléctrico alimentado con solar para reemplazar la manivela. Pero incluso con eso, el resultado era decepcionante.

El verdadero problema era el sistema de calentamiento. Un quemador de alcohol es penoso! La temperatura de extracción es completamente desigual. A veces demasiado caliente, a veces no lo suficiente. No tienes ningún ajuste preciso de temperatura, ningún control. Así que el rendimiento es mediocre, la calidad del aceite no es óptima y te pasas el tiempo peleándote en lugar de producir buen aceite.

Mi balance final? Es un juguete muy caro para lo que es. Así que si realmente quieres prensar tu aceite de forma regular y eficiente, mejor olvidarse de las prensas manuales con quemador. Quizás tengan un encanto vintage, pero a nivel de prestaciones, realmente no está a la altura.

La prensa de aceite eléctrica es la elección correcta

Así que ya lo has entendido, lo ideal es usar una prensa eléctrica. Ahí tienes un verdadero sistema de calentamiento eléctrico con regulación de temperatura. Ajustas la temperatura que quieres y la máquina mantiene esta temperatura de forma constante. Es limpio, preciso y muy eficaz.

Un modelo automático es realmente bueno para principiantes. Pones las semillas en la tolva, pulsas el botón y la máquina gestiona todo: la velocidad de rotación, la temperatura y el avance de las semillas. Solo tienes que vigilar y recoger el aceite. Es realmente a prueba de tontos pero te permite concentrarte en la calidad de las semillas en lugar de en los ajustes de la máquina. Es este tipo de modelo el que uso y estoy satisfecho.

Después, si quieres más control y estás dispuesto a pasar tiempo optimizando tus parámetros, existen modelos semiautomáticos o manuales eléctricos donde puedes ajustar la velocidad de rotación, ajustar finamente la temperatura y controlar el flujo de alimentación. Pero es más técnico y más bien para reservar a profesionales que solo se dedican a eso.

No hay que escatimar en la calidad de los materiales

La calidad de los materiales es el primer punto en el que hay que estar atento. En particular, todo lo que está en contacto con las semillas o los frutos secos debe ser de acero inoxidable de calidad alimentaria. El acero inoxidable es perfecto para lo alimentario porque no se oxida, no reacciona con el aceite, se limpia muy fácilmente y dura en el tiempo.

Pero cuidado, no todos los aceros inoxidables son iguales! Algunos fabricantes poco escrupulosos usan acero inoxidable de baja calidad o aleaciones dudosas. Así que lo que hay que verificar es el grado del acero inoxidable. Idealmente hace falta acero inoxidable 304 o 316 (el 316 es de calidad superior y resiste mejor la corrosión). Si el fabricante no especifica el grado de acero inoxidable utilizado, desconfía.

Y sobre todo, mira bien la calidad de la cabeza de prensa. Porque es el componente crítico de la máquina, el que soporta toda la presión y está en contacto directo con las semillas y el aceite. Algunos fabricantes usan aluminio moldeado para la cabeza de prensa. Ahí es directo: No gracias!!! El aluminio no es muy bueno para lo alimentario (riesgos de migración al aceite), es menos resistente que el acero inoxidable y se desgasta más rápido.

Marcas europeas vs fabricación china

Para estar seguro de la calidad, lo más sencillo es privilegiar las marcas europeas. En general, los fabricantes alemanes, austriacos, checos o franceses tienen estándares de calidad elevados y usan buenos materiales. Sus máquinas están bien diseñadas, son robustas, con un servicio posventa serio. El problema es que cuesta caro. A veces incluso demasiado caro.

Por otro lado, no se trata de decir que todo lo que viene de China es para tirar. Ni mucho menos, porque también hay muy buenos modelos de fabricación china. De hecho he podido probar algunos. Hay de muy bueno y de realmente malo. Lo importante es informarse antes sobre la calidad de los componentes. La ventaja es que para un buen modelo el precio es muy ventajoso.

Así que mira las opiniones de los usuarios (opiniones reales, no falsas opiniones patrocinadas), los foros independientes, las experiencias compartidas… Verifica que el fabricante especifica claramente los materiales utilizados: qué grado de acero inoxidable, qué potencia de motor, qué capacidad real de procesamiento… Si todo es confuso y vago en la descripción, pasa de largo.

Lo otro también es mirar la política de garantía y el servicio posventa. Un fabricante serio ofrece una garantía de mínimo 1 año, idealmente 2 años. Y sobre todo, verifica que ofrece piezas de repuesto. Porque un tornillo sin fin o un cilindro acaba por desgastarse con el tiempo. Así que si puedes reemplazarlos fácilmente, tu máquina puede durar 10, 15, 20 años. Y si las piezas no están disponibles, significa que tu máquina es desechable.

Qué esperar en cuanto al precio de una prensa de aceite?

A título indicativo, se pueden encontrar excelentes prensas de aceite para casa alrededor de los 200 euros. Por este precio, tienes un modelo eléctrico básico, en modo automático y con una capacidad de procesamiento de aproximadamente 8 a 14 kg por hora. Con una oleaginosa de buen rendimiento como la colza o el girasol, eso te da unos 2 litros por hora. Lo cual es ampliamente suficiente para un uso doméstico o para una pequeña actividad artesanal.

Si quieres subir de gama con más capacidad, mejores materiales y más funcionalidades, puedes encontrar modelos entre 400 y 800 euros. Y para material realmente profesional, con capacidades de 20 a 30 kg por hora, hay que mirar más bien entre 1500 y 3000 euros.

Puede parecer caro así, pero una vez más, haz bien tus cálculos. Mira el precio de un buen aceite bio por litro. El aceite de colza bio cuesta aproximadamente de 8 a 10 euros el litro. El aceite de avellanas sube fácilmente a 25-30 euros el litro. El aceite de sésamo tostado cuesta 20 euros o más. Así que si consumes 2 litros de aceite al mes (lo cual es un mínimo para una pequeña familia o si haces algo de cosmética casera), amortizas una prensa de 200 euros en solo unos meses.

Y si te lanzas con una pequeña actividad artesanal de venta de aceite, ahí el retorno de inversión es aún más rápido. Porque un aceite artesanal bio de calidad prensado a demanda, puedes venderlo fácilmente a 15-20 euros el litro en circuitos cortos. Con un buen margen y clientes encantados de tener verdadero aceite fresco. Y ni siquiera hablo del aceite cosmético donde los márgenes son más que cómodos.

No te creas al fabricante a pies juntillas y evita las trampas del marketing

Último consejo: No hay que creer al fabricante a pies juntillas. Porque las descripciones comerciales a menudo son puro cuento. «Rendimiento excepcional», «calidad profesional», «acero inoxidable de alta resistencia»… Sí claro! Pero concretamente, qué da en la vida real?

Así que busca experiencias de personas que realmente usan la máquina desde hace varios meses o años. De paso, olvida los grupos de Facebook que no son más que basureros online que roban tus datos personales y que están plagados de opiniones falsas. Lo mismo con Reddit.

Si es posible, para los modelos profesionales, intenta ver la máquina en persona antes de comprar. Algunos agricultores bio o cooperativas agrícolas tienen prensas que usan, siempre puedes pedirles ver cómo funciona. A veces, incluso puedes encontrar talleres o demostraciones organizadas por distribuidores.

Y una última cosa: Desconfía de los precios demasiado bajos. Una prensa a 50 u 80 euros es más que sospechosa. O es chatarra que va a romperse después de tres usos, o es una estafa con un producto que nunca vas a recibir. En este campo como en otros, la calidad tiene un precio. Así que mejor invertir un poco más al principio y tener una máquina fiable que va a durar.

Conclusión: Redescubrir el verdadero sabor del aceite

Si quieres convencerte de la utilidad de este tipo de aparato, solo tienes que coger un trozo de buen pan bio y mojarlo en el aceite tibio que acaba de ser prensado. Lo pruebas… Y después de eso, podrás decirte que nunca habías probado buen aceite en tu vida.

Porque descubrir el pequeño sabor afrutado de un verdadero aceite de colza fresco, tener todo el sabor en boca de un aceite de avellana que acaba de ser extraído… Es un placer gustativo de muy alto nivel. Nada que ver con los aceites industriales neutros y muertos que se encuentran por todas partes. Y nada que ver tampoco con un aceite bio vendido en supermercado. Entonces, después de todo esto, te sientes preparado para unirte al club informal de los autoproductores de aceite NovaFuture o prefieres seguir con tus aceites sin sabor?

Necesitas intercambiar información? Una buena dirección para comprar una prensa, un aceite desconocido para probar, consejos de uso específicos? Es en el foro dedicado donde ocurre todo, y siempre hay alguien para responderte y compartir su experiencia.

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