Cultura bajo asedio: Cómo las finanzas y el poder ahogan la creatividad

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En este artículo vamos a intentar comprender cómo las finanzas y el poder estrangulan la creatividad. Y sobre todo cómo podemos proponer una alternativa a este gran problema.

Para empezar, la cultura no se limita al entretenimiento. ¡Y tampoco es un lujo! Al contrario, la cultura es extremadamente importante porque es el pilar de la evolución humana y la base del conocimiento. Pero hoy la cultura está lejos de ser libre. Porque ha sido desviada y transformada en mercancía por las fuerzas combinadas del sector financiero y del poder político. Y eso representa un enorme problema, ya que estas dos entidades trabajan de la mano para controlar el acceso a lo que ves y a lo que escuchas.

¿El resultado? Un paisaje cultural aséptico, sofocante y sin alma. Porque en la actualidad la creatividad ya no tiene como objetivo superar los límites o sacudir las ideas. En su lugar, se ha convertido en una industria encargada de producir contenido estandarizado, sin riesgo y únicamente guiado por el beneficio.

Cuando Internet sofocó la creatividad independiente

Hubo un tiempo en que Internet llevaba la promesa de una revolución cultural, de una explosión descentralizada de creatividad underground que finalmente iba a liberarse del control de las grandes corporaciones. Pero esa revolución nunca tuvo lugar. En su lugar, los algoritmos de Silicon Valley enterraron las voces independientes bajo un flujo de mediocridad a escala industrial. Con este impulso, las plataformas que pretendían democratizar el contenido se convirtieron en guardianas del conformismo.

Gracias a esta estrategia hábil, el sistema ya ni siquiera necesita censurar porque ha encontrado algo mucho más eficaz. Ahora, en lugar de prohibir lo que le molesta, el sistema simplemente lo sofoca cortándole la visibilidad y la financiación. Es una forma de invisibilización temible porque sin público y sin ingresos, hasta el artista más talentoso termina agotándose. Y al final, se ve obligado a abandonar su arte. Es una estrategia maquiavélica deliberada para asegurarse de que solo prosperen las voces que sirven al sistema.

Así que ha llegado el momento de tomar conciencia de la urgencia de resolver esta crisis. Porque si no luchamos por la cultura libre, el futuro de la creatividad no será más que una ilusión de diversidad cuidadosamente escenificada, mientras que el verdadero talento y la expresión auténtica quedarán definitivamente ahogados en la masa.

Difusión y promoción: el verdadero campo de batalla del arte

Por suerte, todavía se puede invertir la tendencia. Pero eso va a exigir un cambio radical de mentalidad. Tanto por parte de los creadores, que deben retomar el control de la difusión de su trabajo, como por parte del público, que debe rechazar en bloque la producción cultural sin alma y dar prioridad al talento.

Porque el arte no es solo crear. También es ser difundido. Y en el mundo de hoy, la distribución y la promoción son el campo de batalla definitivo para existir como artista. ¿Y quién controla eso una vez más? El mismo sistema implacable que decide lo que el público debe amar y consumir con un despliegue masivo de técnicas de marketing probadas.

Medios tradicionales e industria cultural: un club cerrado

A partir de aquí, hablemos de los medios tradicionales. Para acceder a ellos, todo es una cuestión de red. Y más vale tener una buena, porque en las altas esferas no solo deciden a quién destacar, también deciden a quién aplastar. Así que si formas parte del círculo correcto, la prensa puede convertirte en estrella de la noche a la mañana. Pero si eres un outsider, como mucho, te ignorarán. Y si insistes demasiado, destruirán tu reputación antes incluso de que hayas empezado.

En cuanto a las editoriales, las galerías de arte, las discográficas, los productores audiovisuales y los estudios de videojuegos… es exactamente lo mismo. Todos obedecen a una única regla de oro: el talento es secundario, la prioridad es tener buenas relaciones y cumplir las reglas impuestas.

Y ahora me dirás: de vez en cuando, un rebelde con suerte consigue colarse entre las grietas del sistema. De acuerdo… Pero no te hagas ilusiones, porque es una lotería con muy pocos ganadores, no una meritocracia. Y una vez que nuestro rebelde entra en la luz, ¿qué pasa para que pueda quedarse dentro del círculo? ¿Qué acuerdos tiene que aceptar? ¿A qué compromisos debe plegarse? Respuesta: el sistema no solo está diseñado para apartar a los que molestan, también para domesticar y controlar a los que logran pasar los filtros. Puedes estar seguro: la máquina de destruir la independencia está perfectamente engrasada.

Así que, si queremos que la verdadera cultura florezca, la primera prioridad es retomar el control de la difusión artística por todos los medios posibles. Porque mientras la élite tenga las llaves de la visibilidad, seguiremos viviendo en un mundo donde la mediocridad reina como soberana.

El nepotismo: una monarquía cultural

A pesar de todos estos hechos, ¿todavía crees en esa farsa grotesca que dice que el talento siempre acaba imponiéndose? ¡Si es así, despierta! Porque desde hace mucho tiempo, el mundo artístico no es más que un club privado muy exclusivo. Y si no has nacido dentro, ¡buena suerte para entrar!

Porque, seamos claros: en este sector, ¡el nepotismo es rey! Si no sabes lo que significa, aquí va la definición: otorgar puestos de poder y privilegios a la familia, los amigos y los allegados en lugar de a quienes realmente lo merecen. Y en la industria cultural, esta práctica está tan extendida que resulta nauseabunda. Para triunfar, lo primero es tener el apellido adecuado y las conexiones correctas que lo acompañen. Y lo peor es que los oportunistas que empezaron así se atreven a mirar por encima del hombro a los artistas que luchan, declarando sin pudor: “Llegué hasta aquí únicamente gracias a mi trabajo duro y mi gran talento”.

¿Ah sí, de verdad?! ¿Tu trabajo y tu talento? Entonces que me expliquen por qué siempre aparecen los mismos apellidos en el cine, la música, la edición y las galerías de arte. Que también me expliquen por qué el hijo de un actor tiene todas las posibilidades de convertirse en actor. ¿Por qué la hija de un escritor consigue un contrato antes incluso de demostrar que sabe escribir? ¿Por qué, casualmente, los músicos suelen ser hijos de insiders del sector? Y para rematar, que me expliquen cómo es posible que un verdadero talento sin notoriedad pueda trabajar como un loco durante décadas y nunca abrirse paso, mientras un niñato rico completamente fuera de lugar recibe la alfombra roja.

Todo esto no es solo favoritismo… Es literalmente una especie de monarquía en toda regla, donde el poder permanece en manos de sus nobles, década tras década. Como si el talento fuese un asunto de genética… ¡Es patético!

El desastre artístico del siglo XXI

Pero bueno, mantengamos la calma… Para relajarnos un poco, hagamos un breve repaso del sector artístico en el siglo XXI.

¿La música? ¡Una traición total! Raperos multimillonarios que exhiben todos los símbolos más vulgares de la riqueza, glorifican el crimen y tratan a las mujeres como trofeos. ¿Las letras? ¡Un anuncio interminable de marcas de lujo! ¿El Auto-Tune? Apenas disimula el desastre. ¿Los cantantes supuestamente “de autor”? Todos cortados por el mismo molde. ¿Y los DJs? Dime, ¿grandes músicos o grandes impostores?

¿El cine? ¡Un desastre absoluto! Siempre los mismos actores, los mismos papeles, las mismas caras hasta gritar de desesperación. ¿Sangre nueva? ¡Prohibida! ¿Para qué arriesgarse cuando se pueden exprimir las mismas franquicias hasta el infinito? ¿La sorpresa? ¿La creatividad? ¡Ni siquiera están en el presupuesto! Así que al final ahorro en palomitas, porque pagar una entrada para sufrir eso, no gracias.

¿La literatura? ¡Una miseria total! Y se lo digo a las grandes editoriales: por favor, dejen de desperdiciar papel con las porquerías que se atreven a presentar como libros. Novelas insípidas, biografías empalagosas, textos de una pobreza abismal… ¡Una auténtica decadencia! Ya no estamos entre verdaderos amantes de los libros. El oficio de esa gente debería llamarse simplemente vendedor de papel impreso.

¿Las artes plásticas? De acuerdo, el arte es subjetivo. Pero sinceramente… ¿no huele muchas veces a un enorme timo? Solo pregunto… Y prefiero no seguir por no volverme demasiado cruel.

Star system: la fabricación de ídolos huecos

Ahora, si te parece bien, para relajarnos aún más, pasemos al star system. ¿Qué es una estrella? En esencia, solo alguien muy conocido. Nada más y nada menos. Pero en este sistema sesgado, es mucho más que eso, porque la celebridad va de la mano con el poder y la fortuna.

De esta manera, el culto a la notoriedad ha creado una pequeña élite de ídolos huecos que son venerados por tontos que los consideran semidioses. Y mientras tanto, los verdaderos héroes de lo cotidiano son ignorados. O incluso rebajados hasta el suelo.

NovaFuture: un espacio para la verdadera cultura libre

Todo esto no pinta nada bien, pero en NovaFuture no somos de los que se hunden en el derrotismo. Así que vamos a intentar construir algo. Algo justo y honesto que incluya exclusivamente arte verdadero con creadores auténticos. Sin las riendas de la industria cultural, por supuesto. Pero no lo haremos solos.

Por ahora, lo que podemos hacer es abrir un espacio de gran visibilidad para quienes se niegan a ser marionetas de la industria cultural. Así que seas escritor, músico, cineasta, desarrollador de videojuegos, escultor, pintor… mientras rechaces encajar en el molde del conformismo, NovaFuture está aquí para ti.

Y no te detengas en la impresión de que podemos parecer insignificantes frente a los gigantes de la industria cultural. Porque las apariencias suelen engañar. Como prueba, con nuestra red alcanzamos a un público amplio a nivel internacional que valora enormemente la cultura libre. Así que si tu música, tus escritos, tu arte visual o tus creaciones audiovisuales llaman nuestra atención, podemos ofrecerte una gran visibilidad sin que te cueste un solo céntimo. Simplemente porque nos dará gusto hacerlo. Y de esta forma, todos saldremos ganando 🙂

Conclusión: liberemos la creatividad

Así termina este artículo, con una nota de optimismo y espíritu de compartir. Pero no te decepciones, porque no hemos terminado de hablar de cultura en NovaFuture. Mientras tanto, si deseas apoyarnos, te pedimos que tomes veinte segundos para invitarnos a un café en Buy me a Coffee. Gracias por tu lectura y hasta muy pronto para nuevas aventuras.

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